«Hoy en día es muy sencillo saber cuánto tiempo vamos a tardar en llegar desde nuestra ciudad hasta, digamos, Vladivostok. Google Maps ofrece herramientas de todo tipo para descubrirlo, ya sea en automóvil, en tren o en avión. El mundo no está revestido del mismo misterio que lo engalanaba y lo hacía tan romántico en 1914. Entonces, a las puertas de la Primera Guerra Mundial, viajar continuaba siendo una auténtica odisea, una aventura que, en la mayor parte de los casos, requería de días.
¿De cuántos días? Era una pregunta que un ciudadano de a pie no podía responder. Para él, durante aquella época, se desarrollaron los mapas isócronos: atlas que diseccionaban y dividían el mundo en función del tiempo que tardaras en llegar a cualquier lugar.»
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Hoy día son mapas ‘isoprecio’ a ver donde llegas con x euritos